Volvemos al mundo presencial, o mejor dicho, a un mundo mixto, con el presencial y remoto.
Al menos esa fue mi experiencia el 28 de octubre de 2021 al hablar en un evento presencial y remoto (con transmisión en vivo para quienes se inscribieron para participar de forma remota).
El evento fue en España. Respetando el protocolo COVID actual, todos debían llevar mascarilla, medir la temperatura y frotarse las manos con gel de alcohol en la entrada.
Las conferencias tuvieron lugar en un escenario de cine.
Me senté en la primera fila para la apertura del evento.
La persona de sonido me llamó para que me pusiera el micrófono: me pidió que me quitara la mascarilla, que me pusiera el micrófono (el de la cara) y me recordó que me volviera a poner la mascarilla.
El anfitrión del evento (Javier Garzás) abrió el evento y de inmediato me llamó: “ahora nuestro primer ponente, Paulo Caroli, que hablará sobre la agilidad moderna y el Producto Mínimo Viable…”.
Me levanté, le di las gracias y comencé a hablar. Aqui hay algunas fotos.
La charla terminó y comenzaron las preguntas y respuestas.
En este punto, el equipo de producción redujo un poco las luces que me apuntaban y pude ver a la audiencia. Todo con mascarilla.
Fue entonces cuando recordé las palabras del anfitrión del evento: “solo el ponente, mientras que una charla se puede desenmascarar”.
Es sorprendente cómo algo tan incómodo se convierte en un hábito.
¡Hice toda la charla de mascarilla!
Increíble, pero me acostumbré a la mascarilla. Veo un espectáculo de mascarilla. Voy al gimnasio con una mascarilla. Pasé casi dos años donde, si estaba en persona con alguien (además de mi familia), usaba una mascarilla.
¡Increíble! ¡Qué momento!
Dejo este post y estas fotos como registro de esos largos meses con máscara.
Creemos juntos una nueva normalidad, mucho mejor que la del pasado o la que tenemos hoy.
Y tú, ¿qué opinas de todo esto? ¿Estás listo para volver al cara a cara? Comentarios en LinkedIn.